Escuela de Frankfurt. De donde vino, a donde va.
La escuela de Frankfurt tiene uno de sus mayores
antecedentes en una teoría previa a la suya, podría decirse que nació como
reacción contestataria a la escuela norteamericana y Lasswell:
En general, esta escuela centró
sus enfoques teórico-metodológicos en la psicología social y la sociología
funcionalista y se apoyó en investigaciones empíricas y cuantitativas para
medir el impacto o efectos de los medios en los individuos y la sociedad, dando
lugar a un crecimiento exponencial de experimentos y estudios, que sirvieron de
base para su consolidación como disciplina científica con fuerte arraigo en las
universidades norteamericanas y con una marcada influencia en otras zonas del
mundo, especialmente en América Latina y en menor proporción en Europa
Occidental. (Pineda, 2001, p.15)
Adelantando un poco de lo que se verá en otra entrada, la
mejor conocida como mass communication research fue el origen de la
disconformidad de los autores de la posterior Escuela de Frankfurt, ya que por
su alcance esta escuela americana consideraba solamente el mensaje o contenido
y su efecto en los espectadores, basándose en la psicología conductista clásica. Como menciona Moragas: “la teoría surgida en los centros
de estudio de las universidades norteamericanas ha alcanzado una mayor difusión
debido a su carácter de saber práctico, que como resultado de una creciente
tecnificación de la teoría social burguesa, respondía a las necesidades de una
sociedad industrial necesitada de una sociología de carácter experimental y
cuantitativa, destinada a su racionalización y gestión” (p. 164)
Pero otro antecedente para la escuela de Frankfurt fueron
los hechos históricos que se dieron lugar en ese espacio temporal particular:
Sus principales obras se gestan
en un período en el cual se desarrollan importantes acontecimientos mundiales,
los que inevitablemente dejarán huellas en el discurso frankfurtiano. El
ascenso del nazismo al poder, la experiencia del exterminio masivo y el
advenimiento de la Segunda Guerra Mundial; la consolidación del autoritarismo
dentro del sistema socialista bajo la tutela de Stalin; el desarrollo del
capitalismo avanzado y en especial, dentro de éste, de los aparatos de
producción cultural: el despliegue y apogeo de la cultura de masas. (Briceño,
2010, p. 55)
Todos esos eventos dieron como resultado los postulados y
trabajos elaborados respecto a la comunicación por el pensamiento frankfurtiano
como lo denomina Briceño.
¿Cómo surgió la Escuela de Frankfurt?
Con la llegada de Horkheimer y
Adorno a Estados Unidos y con su posterior inclusión en equipos de investigación
sobre los medios de comunicación masiva, la crítica cultural paso a convertirse
en una labor central de su reflexión. (Moragas, p. 166)
Al respecto, Briceño (2010) citando directamente a
Horkheimer y Adorno menciona “La humanidad (…) no solo no ha avanzado hacia el
reino de la libertad, hacia la plenitud de la Ilustración, sino que más bien
retrocede y se hunde en un nuevo género de barbarie” (p.55).
Ante ello Horkheimer postula mediante su artículo de 1937 “Teoría
tradicional y Teoría critica” que la teoría social burguesa obedece
secretamente, tal como señala Moragas, a una praxis social dominante y la teoría
critica se formula como un rechazo al mundo.
Así postulan la teoría crítica como un rechazo a la mass
communication. Y los esfuerzos de estos autores se cristalizan en 1943 con la publicación
de la obra de Adorno y Horkheimer “Dialéctica del Iluminismo”, donde postulan
las ideas fundamentales de la escuela de Frankfurt en el ámbito de la
racionalidad instrumental.
La teoría crítica se opuso a la
aceptación de una investigación orientada abiertamente hacia los intereses de
ciertos organismos de la administración pública o privada, interesados (...) en
ofrecer un mayor conocimiento de los medios de comunicación y facilitar su uso,
respondiendo, pues, a una estrategia instrumental naciente. (Briceño, 2010, p.
57)
La crítica es ampliamente abordada en el capítulo “La
industria cultural: la ilustración como engaño de las masas”:
Las grandes agencias o monopolios
de producción cultural se articulan como un todo, se ensamblan como piezas de
un sistema. La producción musical, editorial y cinematográfica está orientada
por una misma lógica, y guarda entre sí la coherencia que les da un estilo
compartido [...] La creación cultural en las sociedades capitalistas avanzadas
está fuertemente condicionada por la lógica de producción del sistema. Su
desarrollo, es verdad, ha brotado de las leyes generales del capital. (Briceño,
2010, p. 58)
También partiendo del trabajo de Adorno y Horkheimer, surge
otro autor que parte de las ideas de estos autores para darle un giro a la teoría
crítica:
Es en los años setenta, cuando un
seguidor de los pioneros, Jürgen Habermas, produce un cambio en la reflexión
teórica y replantea el problema de la comunicación, no desde la perspectiva de
la técnica sino desde una teoría del lenguaje que de sentido epistemológico y
ético a la teoría social crítica de los fundadores. Habermas elabora su Teoría
de la Acción Comunicativa (1986), según la cual los hablantes están dotados de
competencia lingüística para comunicarse con sus semejantes, en un clima de
consenso democrático, con ello desplaza el interés hacia la dimensión humana de
la comunicación y, con su concepto de “giro lingüístico”, introduce como
elemento fundamental el problema del sujeto desplazando al medio como centro
del análisis (Pineda, 2001, p. 16)
Lo que dejo Frankfurt.
Finalmente el legado que ha dejado esta
escuela de pensamiento crítico, es donde se puede mencionar los estudios críticos latinoamericanos que fueron una visión dentro de la investigación
que se alejó de la escuela norteamericana y se mantuvo bastante
cerca al pensamiento europeo como lo señala Pineda, entre los trabajos desarrollados bajo esta óptica critica se pueden mencionar la comunicación
alternativa, estudios sobre la dependencia cultural, mediaciones simbólicas, teorías
sobre las apropiaciones críticas, Alcocer (2013) incluso agrega a esta lista
la producción intelectual desde el enfoque de la recepción activa.
Referencias bibliográficas.
Alcocer Cruz, D. G. (2013). De la escuela de Frankfurt a la
recepción activa. Razón y palabra, 18(82).
Briceño Linares, Y. (2010). La escuela de Frankfurt y el
concepto de industria cultural. Herramientas y claves de lectura. Revista
venezolana de economía y ciencias sociales, 16(3), 55-71.
Moragas Spa, M., Comunicación y anticipación utópica. En M. de Moragas (Ed.) Sociología
de la comunicación de masas, (pp. 163-177).
Pineda de Alcázar, M. (2001). Las teorías clásicas de la
comunicación: Balance de sus aportes y limitaciones a la luz del siglo
XXI. Opción: revista de Ciencias Humanas y Sociales, (36), 11-29.